lunes, 1 de marzo de 2010

Una de romanos


Este fin de semana tenía un llamado acto social: una cena de antiguas compañeras de colegio. Un encuentro con gente con la que en su mayoría no me queda nada más que un hola y hasta luego.

Lo confieso: no me apetecía nada en absoluto y por eso no te lo dije.

Dude... ¿contartelo o no? ...
Quizás me hubieras pedido que no fuera, porque no te gusta quedarte solo. Mejor para mí, así no hubiera ido, pero al final tú te habrías puesto triste pensando que me amargas la vida.
Pero... y si hubieras insistido en que saliera, para cambiar de aires... no te podría decir la verdad . Que a mi no me apetecía ver caras de gente que me preguntarían por mi vida.... con el horror de contar detalles, porque siempre hay quien pide y devora detalles escabrosos. O si no encontrar la compasión en caras o en cuchicheos por nuestra "mala suerte". O tener que escuchar historias felices, de lo listos y lo guapos que son sus niños, quizás entonces me asaltaría el fantasma de esa envidía no confesable por una vida que ya no tengo y que puede que no tenga nunca.

Por eso opté por no contarte nada y escogí la película que vimos juntos en casa.

2 comentarios:

  1. Me encanta tu blog, llevo dias pasandome por aquí aúnque nunca he comentado. Me ha fascinado desde que leí el título!

    ResponderEliminar
  2. muchas gracias...
    cuando quieras pasate con o sin comentarios
    Un abrazo

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...