lunes, 25 de julio de 2011

Mucho, mucho , mucho.


A. estaba recordando el fin de semana. Nuestra visita relámpago que comenzó con un marcado acento familiar y terminó con una pizquita de cultura (que un poquito nunca está de más). Y todo casi sin pensar.
El sábado nos despertamos pronto. Así que vas y me dices:
- ¿Y si nos vamos a Madrid?... está mi tío en el hospital.

- Vale. Yo también tengo otro (otro tío en el hospital) ...

Un bolso con cuatro cosas y salimos hacia la capital. El viaje de ida hasta se me hizo corto. Con la ayuda de nuestra señorita parlante, que sabe mucho de direcciones, llegamos casi del todo bien al hospital (y digo casi porque la señorita no tiene la culpa de que pongan obras en nuestro camino y nos cambien la ruta en el último momento, pero se pone de cabezona cuando eso pasa).

Llegamos al primer hospital (el 12 de octubre) y cuando estábamos en la puerta te digo:

- A. aún te quedan ganas de meterte en un hospital.

- Bueno... pero es diferente, este es de visita (me dijiste con una media sonrisa).

A mi me cuesta un poco más, te lo confieso. Todos los hospitales me huelen parecido y esos pasillos me traen sensaciones ... no tan lejanas. Cuando camino por ellos estén donde estén, siento... no sé muy bien como explicarlo, es como si los pasillos no acabaran nunca (fueran interminables). Están limpios y vacíos, pero es como si estuvieran llenos y algo pesara en el ambiente, algo que no se ve pero que está ahí

Después de la visita de rigor y de no intentar molestar mucho al enfermo que está mayor y despistadillo, nos vamos al otro hospital (al Gómez Ulla). Allí mi tío estaba con el ánimo estupendo... ¡Qué alegría se llevó!

Luego ... comida familiar con mi tía y primas, recordando las anécdotas de pequeños y alguna que otra cosilla que no conocías, verdad A?

La tarde .... visita a otros primos tuyos. Esta vez con cena y cama. Ya no podíamos decir que nos marchábamos...
Fue doble ración de familia, pero resultó muy bien.

El domingo nos olvidamos de hospitales... y esta vez ya solos ... de paseo cultural... el Museo Thyssen estaba completo... así que la exposición de Antonio López no pudo ser ... pero el Prado siempre te recibe con los brazos abiertos. Aprovechamos para encontrarnos con el Descendimiento de Caravaggio (que como nosotros también está de paso) y como no... volver a disfrutar otras obras ...

La vuelta fue más agotadora... ya estaba deseando llegar a casa.... Esta mañana aún bostezo un poquito, mientras sonrío pensando en lo último que me dijiste anoche cuando te comentaba lo bien que lo habíamos pasado

- ¿Eres feliz? ¿por lo menos un poquito?

- Claro tonto. Mucho, mucho, mucho.


Nota: El cuadro es la Ofrenda a Venus de Tiziano. Está en el Prado y tambien tiene muchos, muchos, muchos ;)

7 comentarios:

  1. Pues te cundió el fin de semana. Me alegro que lo hayais aprovechado y sobre todo me ha encantado tu última frase.

    Te lo deseo para siempre. Un abrazo

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  2. Chus
    Es lo mejor de no hacer planes ... que van saliendo sin querer
    Besos

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  3. ¡Qué cosas más bonitas te pregunta A! y muucho me gusta lo que le has contestado tú, sí Delia, pero muucho...
    Resultó un buen plan hacer esa escapada.

    Muchos besosss

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  4. Me da gusto leerte feliz aunque cansada je.


    Un abrazo.

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  5. Sol, malque
    Muchos, muchos, muchos besos a las dos

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  6. Muchas muchas muchísimas bendiciones.

    Los quiero como si fueran míos!!

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